miércoles, 12 de diciembre de 2007

La muerte de Ana Orantes marca un antes y un después. Desde ese momento, se multiplica la difusión de noticias sobre malos tratos en el ámbito doméstico y, en marzo de 2001, el Centro de Investigaciones Sociológicas publicó un informe sobre el calado de estas informaciones, que recogía que el 92 por ciento de los encuestados afirmó haber visto, oído o leído noticias referidas a malos tratos a mujeres en los seis meses precedentes.

En una primera etapa, los formatos y programas populares ayudaron no sólo a destapar el problema, sino a crear una conciencia crítica colectiva frente a los malos tratos, sobre todo en las capas sociales más bajas, a pesar de un tratamiento informativo cuestionable, a veces sensacionalista. Hoy las personas expertas coinciden en que la situación es otra y que los medios de comunicación deben contribuir de forma decisiva a una didáctica social dirigida a eliminar este tipo de violencia.

Sin embargo, el tratamiento de esta clase de informaciones sigue presentando multitud de elementos de distorsión que pueden apartar la atención respecto al problema en sí: la violencia contra las mujeres. Esto hace necesario la elaboración de un protocolo para el tratamiento de este tema en los medios de comunicación para abarcarlo con la necesaria sensibilidad.

Con el lema 'La violencia contra las mujeres nos duele a todos. Nos duele a todas', el Gobierno comenzó en octubre del año 2000 su tercera campaña contra los malos tratos. Hasta entonces, había utilizado spots ‘light’ orientados para animar a las víctimas a denunciar (campaña de 1998) y en darlas a conocer los recursos sociales de los que disponen (campaña de 1999). Para justificarse, desde la presidencia del Ministerio, dicen que objetivo prioritario es "sensibilizar al agresor y provocar el rechazo social de éste".Una mujer golpeada yace sola en el suelo, su hijo va hasta la habitación en la que se encuentra y le dice: "No te preocupes mamá, papá ya se ha ido; ahora nos vamos a bajar al parque; ya verás como pronto te vas a poner buena". Todo ello acompañado del sonido de una caja de música infantil. Esta es la imagen que ofrece en el spot publicitario de 25 segundos emitido en varias cadenas de televisión.
La campaña, presupuestada en nada menos que 200 millones de pesetas, no sólo mostraba la paliza y sus consecuencias, también incluía la imagen del hijo de la pareja tratando de socorrer a su madre que yacía en el suelo del hogar y que el Ministerio justificó diciendo que representaba las consecuencias de la violencia doméstica en el seno familiar.

2003, LAS CRÍTICAS A LA VIOLENCIA MOSTRADA EN EL SPOT DEL MINISTERIO SUAVIZAN LAS CAMPAÑAS, PERO NO LAS CIFRAS
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