En el marco de los actos conmemorativos del Día Internacional de Lucha contra la Violencia sobre la Mujer hace apenas unos meses (del 23 de noviembre del 2006 hasta marzo de 2007), el Gobierno puso en marcha una nueva campaña que es un claro lavado de imagen ante la incapacidad estatal de parar la violencia doméstica, a pesar del endurecimiento de las normas, ya que enfatiza las garantías que introduce la Ley contra la Violencia de Género. Por primera vez, el Estado no usa la violencia para denunciar violencia y pide a la sociedad que participe activamente en la lucha contra los malos tratos.
El hilo argumental de la campaña narra el final de una historia de malos tratos y lo hace desde tres puntos de vista diferentes: el de la mujer maltratada, el del maltratador y el de las personas que configuran su entorno. A partir de esta narración común, se desarrollan tres piezas distintas en las que una mujer víctima de la violencia de género sale de un juzgado para volver a casa. En el viaje, la protagonista va acompañada de sus amigos y cuando llega a su hogar es arropada por sus hijos y vecinos. El agresor se queda solo, aislado y custodiado en los juzgados. El diálogo del spot, que dura 40 segundos, es: “Él. Porque no tenía derecho. Ella. Porque ella le dijo basta. Porque sus vecinos te ayudaron a decir basta. Porque en 24 horas ya tenías una orden de alejamiento y en 48 una sentencia firme.
Desde el punto de vista del uso de planos, el anuncio comienza con la imagen en primer plano del presunto maltratador y continúa con vistas panorámicas y primeros planos de la mujer acompañada por sus vecinos y abogados en el portal de su casa y a la salida de los juzgados contra la violencia de género.
AÑO 2007. LAS PALABRAS DE UN IMÁN OBTIENEN UNA AUDIENCIA QUE ANULA CUALQUIER CAMPAÑA OFICIAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
El hilo argumental de la campaña narra el final de una historia de malos tratos y lo hace desde tres puntos de vista diferentes: el de la mujer maltratada, el del maltratador y el de las personas que configuran su entorno. A partir de esta narración común, se desarrollan tres piezas distintas en las que una mujer víctima de la violencia de género sale de un juzgado para volver a casa. En el viaje, la protagonista va acompañada de sus amigos y cuando llega a su hogar es arropada por sus hijos y vecinos. El agresor se queda solo, aislado y custodiado en los juzgados. El diálogo del spot, que dura 40 segundos, es: “Él. Porque no tenía derecho. Ella. Porque ella le dijo basta. Porque sus vecinos te ayudaron a decir basta. Porque en 24 horas ya tenías una orden de alejamiento y en 48 una sentencia firme.
Desde el punto de vista del uso de planos, el anuncio comienza con la imagen en primer plano del presunto maltratador y continúa con vistas panorámicas y primeros planos de la mujer acompañada por sus vecinos y abogados en el portal de su casa y a la salida de los juzgados contra la violencia de género.
AÑO 2007. LAS PALABRAS DE UN IMÁN OBTIENEN UNA AUDIENCIA QUE ANULA CUALQUIER CAMPAÑA OFICIAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
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