Bajo el lema ‘no aguantarás, debería ser el último mandamiento’, este anuncio fue la cabeza de puente de la nueva campaña de la Fundación Mujeres contra la violencia de género. Su difusión se redujo al ámbito comunicacional de las nuevas tecnologías (Internet). En él la voz de una mujer describe cómo su pareja le ha regalado rosas -que se ven en primer plano- por primera vez, "por lo del otro día".
El punto del plano focal va cambiando, mientras ella dice: "Yo las he aceptado, pero no le he dado las gracias". La pantalla muestra entonces que las flores están sobre la tumba de la mujer. El punto focal va cambiando, mientras ella dice: "Yo las he aceptado, pero no le he dado las gracias". La pantalla muestra entonces que las flores están sobre la tumba de la mujer.
La campaña, imitó a las de tráfico, trata de hacer ver a las mujeres que su seguridad depende de sí mismas para que tomen conciencia de que deben alejarse de su agresor. De nuevo el Estado sustituye su responsabilidad pública por la individual, redundando en una mentalidad propia del machismo social que defiende que la mujer es maltratada porque quiere. Una fémina enamorada es el flanco perfecto de éste y otros comportamientos violentos, ya que se abandona a su suerte para depender de su pareja en respuesta a su sentido natural de protección maternal.
La eurodiputada Elena Valenciano, presidenta de la Fundación Mujeres, y promotora de la campaña explicó en su momento que la novedad de ésta es que intenta incidir en la prevención -no es cierto- y que no les ha costado nada porque se lo ha regalado una agencia de publicidad, que incluyó esta acción dentro de su programa de responsabilidad social empresarial.
AÑO 2006. EL MINISTERIO TRATA DE LAVAR SU IMAGEN PRESCINDIENDO DE SPOT VIOLENTOS
El punto del plano focal va cambiando, mientras ella dice: "Yo las he aceptado, pero no le he dado las gracias". La pantalla muestra entonces que las flores están sobre la tumba de la mujer. El punto focal va cambiando, mientras ella dice: "Yo las he aceptado, pero no le he dado las gracias". La pantalla muestra entonces que las flores están sobre la tumba de la mujer.
La campaña, imitó a las de tráfico, trata de hacer ver a las mujeres que su seguridad depende de sí mismas para que tomen conciencia de que deben alejarse de su agresor. De nuevo el Estado sustituye su responsabilidad pública por la individual, redundando en una mentalidad propia del machismo social que defiende que la mujer es maltratada porque quiere. Una fémina enamorada es el flanco perfecto de éste y otros comportamientos violentos, ya que se abandona a su suerte para depender de su pareja en respuesta a su sentido natural de protección maternal.
La eurodiputada Elena Valenciano, presidenta de la Fundación Mujeres, y promotora de la campaña explicó en su momento que la novedad de ésta es que intenta incidir en la prevención -no es cierto- y que no les ha costado nada porque se lo ha regalado una agencia de publicidad, que incluyó esta acción dentro de su programa de responsabilidad social empresarial.
AÑO 2006. EL MINISTERIO TRATA DE LAVAR SU IMAGEN PRESCINDIENDO DE SPOT VIOLENTOS
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